Avivamiento Cap 10 – M. Lloyd-Jones

 

AVIVAMIENTO

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Fuente: Blog de Mario López

Martyn Lloyd Jones.  Libro. Revival. Avivamiento

Traducción: Mario Lopez

Capitulo 10

Los propósitos de los avivamientos

‘Y habló a los hijos de Israel, diciendo: Cuando mañana preguntaren vuestros hijos a sus padres, y dijeren: ¿Qué significan estas piedras? declararéis a vuestros hijos, diciendo: Israel pasó en seco por este Jordán. Porque Jehová vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, a la manera que Jehová vuestro Dios lo había hecho en el Mar Rojo, el cual secó delante de nosotros hasta que pasamos; para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días’ Josué 4:21-24.

Hemos estado  mirando en el libro de Josué,  ya que es un ejemplo perfecto de por qué es importante para nosotros contar con monumentos y recordatorios de las grandes cosas que Dios ha hecho. Hemos visto que los principios sobre los cuales Dios actúa nunca varían. Estamos llamados a considerar los hechos históricos, hechos significativos y milagrosos, y ahora tenemos que pasar a otro aspecto de este gran tema de avivamiento. ¿Cuál es el objeto y el propósito de todo esto? Aquí está, esta cosa milagrosa que pasó. ¿Pero por qué?  ¿Por qué ocurrió? Tal vez se me permite poner mi pregunta de una manera diferente, y preguntar con reverencia, ¿por qué Dios hace esto de vez en cuando? Porque nos hemos estado recordando que lo que ocurrió hace cien años, no es más que una parte de una serie de eventos similares. De vez en cuando en la larga historia de la Iglesia ha habido estas visitas, estos derramamientos del Espíritu de Dios. Nada es más claro en la historia de la Iglesia que eso. De hecho, eso parece ser la historia de la Iglesia. Hubo un gran derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Esa visita persistió durante algún tiempo, pero luego comenzó a disminuir y finalmente desapareció. La Iglesia entró en una condición de debilidad, tanto fue que algunas personas pensaron que había llegado el fin. Entonces, de repente Dios derramó su Espíritu una vez más, y la Iglesia, se elevó a las alturas otra vez.   Durante un tiempo  persistió, pero después también, paso gradualmente. Así que la historia de la Iglesia es un tipo de gráfico de altas y bajas. Esto ha estado sucediendo durante siglos en el funcionamiento de la Iglesia.

Ahora, la pregunta que nos interesa en este momento es, ¿por qué Dios hace esto de vez en cuando? Y la respuesta se nos da  muy perfectamente en estos versículos que estamos viendo ahora. La primera razón que se da en el versículo 24 es esta: “que [para que] todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa”. Esta es entonces la primera razón  que se da. Dios hace esto de vez en cuando, Dios envía avivamiento, bendición, sobre la Iglesia, a fin de que pueda hacer algo con respecto a los que están fuera de él. Él está haciendo algo que va a captar la atención de todos los pueblos de la tierra. Esta,  siempre tenemos que entender esto, es la principal razón para siquiera considerar este asunto en absoluto. Esta es mi razón principal porque estoy  llamando la atención sobre  este tema de avivamiento y para instar a todos a orar por un avivamiento, para  buscarlo y desearlo. Ésta es la razón, la gloria de Dios. Usted puede ver, sólo Israel representaba a Dios y su gloria. Todas las demás naciones del mundo eran paganas tenían varios dioses y ellos no creían ni adoraban al Dios de Israel. Pero Dios había escogido Israel. Había hecho una nación para asimismo con el fin de que a través de ellos y por medio de ellos, pudiera manifestar su propia gloria y para que publicaran este testimonio a todas las naciones del mundo. Esa fue la verdadera función de los hijos de Israel, y las otras naciones estaban viendo y estaban siempre preparados para burlarse de ellos y parar  ridiculizarlos. Siempre que la nación de Israel era derrotada o parecía ser impotente o estaba en problemas las otras naciones siempre decían: ¿‘dónde está su Dios, el Dios del que han hablado tanto y del que se han gloriado’?.  ¿Dónde está? ¿Dónde está el poder?”

Y así, la primera razón de este acto milagroso es – que todos estos pueblos y naciones ‘conozcan que la mano de Jehová es poderosa’. Dios está vindicándose, él está afirmando su propia gloria y su poder. Él está haciendo esto con el fin de que los que están fuera, los que se burlan y hablan en tono de burla, puedan ver algo que los va a jalar  hacia arriba y arrestarlos y asombrarlos.  Ahora bien, no debemos perder de vista esto. Es la principal razón para preocuparse por  avivamiento. No debemos buscar avivamientos con el fin de que podamos tener experiencias. He descrito que experiencias  tienen lugar en los avivamientos, pero no buscamos avivamientos por sí mismos.  Hay personas que hacen esto.  Hay personas que siempre se apresuran a las  reuniones en las que se promete cualquier tipo de experiencia, y van rondando de una reunión a otra, personas que tienen una picazón y sed de tener experiencias, siempre pensando en sí mismos. Pero esa no es la forma en la que se pone aquí, lo principal es la gloria de Dios, el poder, y el nombre de Dios, y el honor de Dios. Seamos pues perfectamente claros sobre esto.

Hay personas que están dispuestas a saltar a cualquier cosa para resolver su problema o el problema de la Iglesia. Hace algunos años las secciones principales de la Iglesia cristiana no estaban interesadas en absoluto en la evangelización. Despreciaban el evangelismo hasta con burla. Pero hoy en día todos los sectores de la Iglesia están hablando mucho sobre la evangelización. Y la razón es porque están viendo que las iglesias se están vaciando, por lo que harían cualquier cosa que les pueda ayudar para resolver el problema de la asistencia a la iglesia o incluso en las finanzas de la Iglesia. Y lo mismo haría sin lugar a dudas cuando se trata de avivamiento, pero eso es una cosa terrible de hacer. No, la razón primordial, la razón controlante  en tener interés absoluto sobre esta cuestión, debe de ser la gloria de Dios. ¿No te entristece, queridos amigos, que el nombre de Dios está haciendo blasfemado y tomado en vano? ¿No te entristece que estemos viviendo en una generación perversa y maligna- una época donde hay hombres que con arrogancia hablan en público y en privado con sarcasmo sobre los hechos históricos de Dios?

Estamos  viviendo en esa época y la razón principal por la que deberíamos estar orando acerca de avivamiento es que deberíamos de estar ansiosos por ver el nombre de Dios vindicado y su gloria manifiesta. Debemos estar ansiosos por ver que algo suceda que arrestara  a las naciones, todos los pueblos, y hacer que se detengan y piensen de nuevo. Así que esta es la primera cosa.  Usted encontrará esto   constantemente en las Escrituras. Es en muchos aspectos uno de los principales temas, si no es el tema principal, en el libro de los Salmos. Lea los Salmos y mirara  a los hombres orando por una visitación del Espíritu de Dios. Cada vez, es con el fin de que los paganos que se burlan puedan  ser silenciados. El salmista clama a Dios para que haga algo que va a callarlos.  Este es el fin al que están siempre buscando, de que Dios haga  algo y hable de tal manera, donde todos son reprendidos “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios ” (Salmo 46:10). Ese es el gran tema del Salmo 46. Las naciones  y sus príncipes están siendo señalados; estas personas que están argumentando en contra de Dios, y peleando si hay tal Dios. ‘Y escuchen’ dice el salmista, ‘aquí está el Dios que hace cesar las guerras’. Este es el Dios que se levanta y se reivindica a sí mismo’. Entonces, después de haber mostrado su caso, dice, “Estad quietos, ’ríndanse’  convénzanse, humíllense  que yo soy Dios”.

Ahora, eso es lo que nos recuerda aquí. Dios mismo le dijo a Josué que dijera al pueblo su razón principal para la creación de este monumento – que pudiera  el  manifestar su gloria y silenciar  a las personas que están fuera. Y eso es lo que ha logrado siempre los avivamientos.  Ha causado los que están fuera de la Iglesia y los que son hostiles al cristianismo a prestar atención. Porque es realmente un fenómeno. Es, como hemos acordado, algo milagroso. Es algo que les sorprende y les provoca, necesariamente, para detener y mirar, y  tener en cuenta. Por supuesto, la razón de su detención y el tenerlo en cuenta  pueden ser no buenos, puede ser pura curiosidad, pero sea lo que sea, no importa, porque los hace parar y pensar. Tenemos un ejemplo clásico de esto, por supuesto, en Hechos 2. Es el relato de lo que sucedió en el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo fue derramado, leemos que el pueblo de Jerusalén y todos los extranjeros que se habían reunido allí, se detuvieron, y dijeron: ‘ ¿Qué es esto? Un fenómeno. Algo estaba pasando, y se vieron obligados a prestar atención y Pedro tuvo que levantarse y dar su explicación, usted recuerda. Eso siempre es lo que hace un avivamiento, y sostengo que no es nada menos que es un avivamiento que tiene ese efecto. Hemos probado casi todo lo demás, pero no tiene éxito. Las masas de la población, incluso si presentan un interés temporal, no muestran más que eso. No, los hombres no pueden hacer cualquier cosa que pueda tener este efecto. Esto es siempre la acción de Dios. Si se me permite decirlo sin rodeos y con claridad, lo que se necesita no es un truco, sino la acción de Dios para aturdir a la gente. Esa es la diferencia. El hombre puede producir acrobacias. Y él es muy hábil en hacer eso. Se puede pensar en algo fresco y nuevo, y él se anuncia, pero la gente sabe todo el tiempo que es el hombre el que lo está haciendo “Es un truco”, dicen. Ahora, acrobacias nunca conducirán a la posición deseada. Pero cuando Dios se presenta y actúa Dios, entonces algo está pasando que demandara la atención de los hombres. No pueden entenderlo. Aquí los psicólogos se quedan sin ninguna explicación. Pueden explicar trucos sin dificultad, pero no pueden explicar esto. Esa es la diferencia entre el hombre organizando algo, y Dios  manifestando  la diestra de su poder y mostrando que es Todopoderoso.

Ahora, sin duda esta es la urgente necesidad de la hora. Somos conscientes de la posición de la gran mayoría de la gente de este país, la asistencia a la iglesia,  constituye un cinco por ciento de la población. Y aunque predicamos, ayunamos, sudamos, y oramos, y hacemos todo lo posible, todos nuestros esfuerzos parecen conducir a nada. Lo que se necesita es una fuerte demostración del poder de Dios, alguna promulgación del Todopoderoso, que obligará a la gente a prestar atención, y  a mirar y escuchar. Y la historia de los avivamientos del pasado indica claramente que eso es siempre el efecto de los avivamientos, sin ninguna excepción en absoluto. Es por eso que estoy convocando su atención sobre los  avivamientos. Por eso yo te insto a orar por esto. Cuando Dios actúa,  puede hacer más en un minuto que lo que el hombre con su organización puede hacer en cincuenta años. Démonos cuenta de esta tremenda posibilidad, pues, y roguemos a Dios para hacer notorio su poder, y para manifestar su gloria en medio de una generación maligna y perversa,  gente que incluso blasfema su santo nombre y niega su existencia. Por el amor de Dios, para la gloria de su nombre, vamos a interceder y orar por una visitación del Espíritu de Dios.

Esta es entonces,  la primera gran razón ‘que todos los pueblos de la tierra conozcan la mano de Jehová, la cual es poderosa’. La segunda razón es ‘para que temáis a Jehová tu Dios por los siglos’ Eso es lo que he venido recalcando, que el avivamiento es de gran valor para la Iglesia, así como todo lo que hace para el mundo. Para que sepas que debes temer a Jehová tú Dios, por los siglos. Entonces, ¿qué es lo que hace a la Iglesia? Permítanme enumerar algunas de las cosas que se enseñan aquí con toda claridad.

Lo primero que hace es dar a la Iglesia una conciencia inusual de la presencia del poder de Dios. ‘Para que [los Hijos de Israel] puedan temer al Señor para siempre’. Ahora, en el verso 10 del capítulo anterior, se pone mucho más explícito y potente- ‘Y Josué dijo: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros’. Eso es todo. Esto va a suceder, dijo Josué al pueblo, para que sepáis que el Dios vivo está entre vosotros. Al leer esta historia de los Hijos de Israel, verá claramente que necesitaban que se les recuerde eso. A pesar de que eran el pueblo de Dios, a pesar de que había hecho tantas cosas por ellos y para ellos, a pesar de que los había sacado de Egipto, a pesar de que los había llevado a través del Mar Rojo, a pesar de que los había guiado en el desierto, donde  sus pies no se hincharon y donde nunca faltaba comida, porque él los alimentó con el maná, el pan del cielo, sin embargo, estaban constantemente temerosos y refunfuñando, mirando a los otros pueblos y naciones y  sus dioses, vacilantes y dudosos. Se comportaron de una manera que nos hace sentir que eran un pueblo que no se daba cuenta de su relación con Dios. Y Dios hizo esto en el río Jordán, para que supiesen que el Dios vivo estaba entre ellos.

Ahora, esta es la necesidad suprema de la Iglesia de hoy. En cierto modo, el problema principal con la Iglesia cristiana  en este momento, el problema principal con cada uno de nosotros en nuestra vida diaria y vivencia es que no nos damos cuenta de que el Dios viviente está en medio de nosotros. ¿Qué es la Iglesia? Es esta institución, este cuerpo en el que habita Dios. Él ha prometido que. ‘Yo estaré en ustedes. Habitaré con ustedes. Andaré entre ustedes’. Eso es lo que dice. Eso es lo que le dijo a los Hijos de Israel (véase, por ejemplo, Éxodo.29:45-46). Eso es lo que se transmite de la misma manera a la Iglesia cristiana. La iglesia cristiana no es una organización humana e institución. Ella es como el apóstol Pablo lo dice al final de Efesios 2, un gran edificio en el que habita Dios, morada de Dios.

Este es un argumento que se elabora en muchos lugares en las epístolas del Nuevo Testamento. Pero la Iglesia no parece darse cuenta de esto hoy en día. Las personas persisten en  considerar la Iglesia cristiana como simplemente una institución, una institución entre otras, solamente una organización humana. Pero esa no es la Iglesia, la Iglesia es este cuerpo en el que Dios mismo mora. Y lo que hace en el avivamiento es para recordarnos eso. Cuando Dios actúa en avivamiento todos los presentes  sienten y saben que Dios está ahí. Por supuesto, creemos esto. Creemos esto por la fe. Sí, pero hay que saberlo. Debemos tener una comprensión de esto.  Debemos estar conscientes de su cercanía. Y eso es lo que un avivamiento hace para nosotros. ‘Voy a hacer esto’, dice Dios, ‘entonces todos ustedes se darán cuenta de que yo estoy en medio de vosotros, estoy actuando en medio de ti. Yo, el Dios vivo, bajando entre ustedes. Yo estoy en ustedes. Ustedes son mi pueblo y yo habito en ustedes y yo camino en ustedes’.  Eso es de lo que la Iglesia necesita darse cuenta en el día de hoy.

Pero, por supuesto, es de la misma cosa que no se da cuenta. Es lo que siempre estamos olvidando. Pero aunque ponga esto en primer lugar debemos recordar que Dios, al mismo tiempo, nos recuerda que todo el poder que debe ser manifestado en la Iglesia es su poder, que todo lo que hace la Iglesia debe ser una manifestación del poder de Dios. ¿Qué es el evangelio? Bueno, te acuerdas de la respuesta del apóstol Pablo: “Es el poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. (Rom. 1:16). ¡Qué fácil es olvidar eso. ¿Qué tan fácil es predicarlo como un sistema, o predicarlo como una colección de ideas o simplemente predicarlo como una verdad.  Ah, pero se puede hacer esto sin  poder. Hay personas, dice el apóstol Pablo, que “tienen una forma de piedad, pero niegan la eficacia de ella” (2 Tim 3:5). El cristianismo es ante todo  vida. Es un poder. Es una manifestación de  energía. Y a medida que nos damos cuenta de que el Dios viviente está en medio de nosotros, nos daremos cuenta más y más de este tremendo poder.

Eso a su vez nos llevará a darnos cuenta de que la única cosa que importa es que debemos estar bien relacionados con Dios, y siempre dependiendo de su poder. Gran afirmación del Apóstol, se acuerda, escribiendo a los Corintios dice: que cuando él vino a ellos no predicó a ellos con la sabiduría de los hombres, no fue con ‘palabras persuasivas de humana sabiduría’ (1 Cor 2:1-4). Podría haber hecho eso. Él era un hombre muy capaz, muy intelectual y muy bien letrado.  Pero a pesar de que iba a un centro de estudios- había una universidad en Corinto, y él sabía  la mentalidad de los griegos, no se acercó a ellos con ese método en absoluto. Él les dice que después  se convirtió en un tonto por amor a Cristo y muchos de ellos lo despreciaban por eso. Pero, dice el Apóstol, no he venido de esa manera. ¿En qué sentido, entonces? Oh, dice, ‘con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios’ (1 Cor 2:5).

Todos necesitamos que se nos recuerde esto. Permítanme hacer una confesión de todos los predicadores. La tentación, la destacada asedia del pecado de todo predicador, incluido yo mismo, es que después de haber preparado sus sermones se sienten que todo está bien. Usted tiene sus dos sermones listos para el domingo. Bueno, eso está bien. Usted tiene sus notas, y  puede hablar, y usted puede entregar su mensaje. Pero eso no es predicar! Eso puede ser completamente inútil. Oh, puede ser entretenido, puede haber una cierta cantidad de estímulo intelectual y  beneficio en el mismo, pero eso no es predicar.  La predicación es con demostración del Espíritu y  poder. Y el hombre tiene que darse cuenta,  que después de haber preparado sus sermones,  por muy perfecto que podría haberlo hecho, que  todo es   basura e inútil a menos que el poder del Espíritu Santo venga sobre el sermón y  sobre él.  Debe orar por ello.

Sí, pero no sólo él. Los que escuchan también deben orar por eso. ¿Cuántas personas oran antes de ir a un servicio para que el Espíritu de Dios pueda venir sobre el predicador y que sea usado en su mensaje? Los oyentes, así como el predicador deben orar por eso, si no  están buscándolo  a él y  su mensaje. Asi no son las cosas, todos juntos deben buscar a Dios y darse cuenta de su absoluta dependencia del poder que sólo Él puede dar. Cada vez que hay un avivamiento y el poder de Dios se manifiesta, no es necesario instar a la gente a orar, simplemente lo hacen.  Ellos quieren ver más y más de ello. Un avivamiento, entonces, nos anima a orar, y es por eso que es bueno para nosotros leer estas historias, y mirar hacia atrás, lo que Dios ha hecho, para que podamos darnos cuenta de que el Dios viviente está en medio de nosotros. Hay que orarle para que manifieste su poder.

Negativamente, significa que nos libera de cualquier y toda forma de autonomía, que es la maldición de la Iglesia. No hay dificultad alguna para explicar el estado de la iglesia cristiana de hoy, es tan perfectamente simple. Te diré por qué la Iglesia esta arruinada en el día de hoy, es la autosuficiencia de las siguientes maneras.

En primer lugar, la confianza en la erudición y aprendizaje. Esto nos vino a mediados del siglo pasado. ‘Ah’, la gente comenzó a decir: ‘ahora nos  estamos volviendo más educados y hemos avanzado. Por supuesto que no queremos el tipo de cosas que tuvieron ellos en los siglos pasados ??bajo Whitefield y Wesley, y así sucesivamente. Ahora queremos sermones doctos’. Y así empezaron a tenerlos.  Y la gran atención se prestó a la forma y al estilo y la dicción. Los sermones eran publicados y era obvio que el hombre  mientras los escribía tenía los ojos puestos en la publicación y no en el servicio en el que él iba a predicar su sermón. Todo se volvió erudito,  sermones académicos y filosóficos  fueron entregados. Y es una de las principales causas y explicaciones de la situación de la Iglesia en la actualidad. La confianza en el aprendizaje humano en el conocimiento y la sabiduría.

A continuación, en segundo lugar, por supuesto, la dependencia de la organización. En los últimos cien años la Iglesia ha multiplicado sus organizaciones y las instituciones de una manera que nunca se ha hecho antes en toda su larga historia. Nunca ha habido tantas sub-secciones de la Iglesia cristiana, como en el presente siglo. Cada cosa está siendo organizada, grupos de edad, todo lo demás. Y hay sedes que te envían  literatura diciéndote cómo hacer lo que tu interés pueda ser, la forma de tratar a los niños, cómo manejar a los jóvenes, asesoramiento sobre esto y aquello. Todo perfectamente organizado pero mira todavía el estado en el que la iglesia esta.  Ellos se basan en la organización.

Otros confían en sus propias actividades. Mientras están ocupados piensan que tremendas cosas están sucediendo. Y, por supuesto, si hay organización y actividad, se informa en los periódicos- deben de tener algo que informar. Y la gente dice, ‘cosas tremendas están sucediendo. Míralo’. Pero, ¿qué está pasando? Mira a la Iglesia, esa es la respuesta. No, mis queridos amigos, tenemos que aprender una vez más la diferencia entre el bullicio y el ajetreo y ‘la mano del Señor, el cual es Todopoderoso’.

Pero cuando Dios actúa y cuando las personas se dan cuenta de que el Dios viviente está en medio de ellos,  son humillados y asombrados.  Los hombres ya no  cuentan.  Y los informes no son acerca de lo que los hombres han hecho, sino de lo que Dios ha hecho y lo que sucede a los hombres como resultado de la acción de Dios. Un avivamiento siempre humilla a los hombres, les humilla, los arroja al suelo, les hace sentir que no pueden hacer nada, los llena de un sentido de reverencia y de temor de Dios. ¡Oh, cuán ausente esta esto entre nosotros. Cómo los hombres están de pie.  Pero cuando llega el avivamiento, los hombres son empujados hacia atrás, se humillan a la tierra y la gloria se da a Dios, porque es el poder de Dios que está siendo demostrado.

Entonces mi siguiente punto, por supuesto, sigue por una necesidad lógica. Cuando todo esto sucede, el temor a los hombres es quitado de nosotros en todas las formas. En Josué 3:10 leemos: ‘Y añadió Josué: En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de ustedes, y que él echará de delante de ustedes al cananeo, al heteo, al heveo, al ferezeo, al gergeseo, al amorreo y al jebuseo’.

Los hijos de Israel estaban a punto de entrar en la tierra prometida y  habían estado escuchando acerca de todas estas tribus. Los espías fueron enviados hacia delante y volvieron y dijeron: ‘Ustedes saben, hay gigantes en la tierra y cuando nos fijamos en ellos nos pareció que éramos como langostas’.   Y ellos  temblaban, tenían miedo de estos grandes poderes que habían conocido  cuando entraron a la tierra prometida. Aquí está la respuesta: cuando se sabe que el Dios vivo está entre ustedes, ¿que son los hititas, que son los gergeseos y los jebuseos, ¿Que importa la gran cantidad de ellos juntos? Llegan a ser como nada. El temor de los hombres se disipa de inmediato cuando nos damos cuenta de que el Dios viviente está en medio de nosotros. Y si alguna vez la Iglesia necesitaba esto es ahora. La Iglesia tiene tanto miedo. Tiene miedo del pecado organizado, y su argumento es: ‘Debemos estar haciendo algo, porque mira el mundo. Está atrayendo a los jóvenes, les da un feliz y agradable noche del sábado, los entretiene, les enseña a cantar y hacer esto y aquello. Ahora bien, tenemos que hacer lo mismo. Traiga su grupo pop, o lo que sea, en su servicio de domingo por la noche. Eso es lo que les gusta, ves.’ El mundo lo está haciendo y los jóvenes dicen: ‘Me gusta’ y porque la Iglesia tiene tanto miedo de que van a perder a sus jóvenes, sienten que deben hacer lo mismo. Oh, qué tragedia, qué salida del camino de Dios.

La Iglesia ha tenido miedo de los jóvenes por  largo tiempo y es por eso que se ha multiplicado en estas instituciones para tratar de atraerlos.  Y ella tiene miedo, también, de la tentación del mundo moderno. La gente dice, ‘¿Qué podemos hacer? Estamos en contra de la televisión hoy en día. No había televisión hace doscientos años. No tenían ni radio, no tenían cine. Ahí está nuestro problema. Tenemos que hacer algo’, dicen. Tienen miedo de estas organizaciones y poderes. Y, también, están aterrorizados del aprendizaje y del conocimiento. ‘Mira’, dicen, ‘lo que estos expertos están diciendo en los diversos programas de radio y televisión y las personas escuchan estas cosas. Es intelectualmente respetable ser un cristiano? ¿Se puede realmente hablar de milagros todavía? Y acerca de la división del Mar Rojo y el Jordán? Sin duda, la gente no va a creer todo eso!’ Así que hay recortar y modificar nuestro evangelio, porque tenemos miedo del aprendizaje y del conocimiento y de la ciencia. Eso es lo que la Iglesia ha estado haciendo durante cientos de años y es por eso que ella está asi en el día de hoy.  También  la gente dice que el comunismo se está extendiendo, y si parece tener éxito mediante el uso de diversos métodos, entonces debemos usarlos también. Dicen que también debemos hacer nuestra literatura más eficaz. Muy bien, que sigan haciendo estas cosas, pero si usted confía en ellas ya está derrotado.

No hay necesidad de tener miedo de cualquiera de estos poderes,  siempre han estado ahí. No hay nada nuevo en todo esto. La Iglesia Cristiana siempre ha tenido que luchar contra el mundo y la carne y el diablo. Tuvo que luchar contra el Imperio Romano desde el principio. Tuvo que luchar contra la maldad de los judíos. Ella siempre ha tenido estos enemigos que están para exterminarla.  Y la Iglesia a menudo ha temblado y temido, pero nunca cuando ha habido avivamiento, porque entonces ellos saben que el Dios vivo está entre ellos, ‘y él echará de delante de vosotros al cananeo, y al heteo, al heveo, y los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos’. Se les nombra uno por uno, se ve, como yo he estado tratando de hacer. ¿Qué tenemos que temer de todas estas cosas cuando el Dios viviente se pone en medio de nosotros? Oh, para concedernos un toque de su poder. Oh, que la Iglesia se dé cuenta que esta es la respuesta y luego el miedo a todos nuestros enemigos y opositores se desvanecerían como la niebla de la mañana. ‘Teman, ustedes santos, y a continuación, no tienen nada más que temer.’ Eso es lo que el escritor del himno lo dice y cuánta razón tiene. El avivamiento lo hace por nosotros.

Y así, para resumir,  nos hace ver, y nos mantiene buscando, a él, y dependientes de él. Nuestra necesidad suprema, y nuestra única necesidad es conocer a Dios, al Dios vivo, y el poder de su fuerza. No necesitamos nada más. Es precisamente eso, el poder del Dios vivo,  saber que el Dios viviente está en medio de nosotros y que nada más importa. Así que esperamos en él. Nos dirigimos a él. Nosotros clamamos a él, como lo hizo Moisés cuando él estaba de pie ante el Mar Rojo, sin saber qué hacer, y mientras la gente estaba llorando y quejándose. Dios respondió a Moisés y le dijo: ‘¿Por qué clamas a mí? Habla a los hijos de Israel que marchen’ (Éxodo 14:15) Y ellos lo hicieron.

Afírmense, pues, en su gran poder,

Con toda su fuerza dotados;

Y tomen, para armarse por la lucha,

La armadura de Dios.

Carlos Wesley

Eso es lo que necesitamos, amigos: Y es por eso  que lo estoy instando para orar por avivamiento. Debemos mirar a él. Dios hace esto con el fin de darnos el estímulo. Para mostrarnos de que él está en medio de nosotros.  Recordarnos de lo que sucedió hace cien años debería conducir a   que nos volvamos de nuevo a él.  Yo digo, olvidar todo lo demás. Olvídese de todo lo demás. Necesitamos darnos cuenta de la presencia del Dios viviente en medio de nosotros.  Dejemos que todos los demás este en silencio. Éste no es tiempo para diferencias de menor importancia. Todo necesitamos conocer el toque del poder del Dios viviente. Continuemos esperando hasta que lo conozcamos.

Y a continuación,  por supuesto, Dios hace esto con el fin de líbranos de nuestros enemigos; enemigos de adentro enemigos de afuera.   Dios hizo todas estas cosas para sacar a su pueblo de Egipto, sacarlo del desierto y llevarlo a la bendita tierra de Canaán. Él lo hace, digo yo, para llevarnos a la tierra de la bendición, Canaán, una tierra que fluye con leche y miel. ¿Que significa esto en la iglesia? Significa que nunca ha habido un avivamiento que no haya guiado a la adoración y a la acción de gracias, a disfrutar de las riquezas de la gracia de Dios. La gran característica de los avivamientos en última instancia es la alabanza, adoración, pleno regocijo para siempre.

Pero, para concluir, permítanme dirigir su atención a otra cosa. Hemos considerado este gran hecho de lo que sucede en los avivamientos.  Hemos considerado la naturaleza del hecho, lo milagroso, el poder omnipotente de Dios. Hemos hecho la pregunta, ‘¿Por qué Dios hace esto?’ Quiero hacer una última pregunta: ‘Cuando hace Dios esto?’ Quieres saber eso, espero. Si usted está anhelando y añorando, estoy seguro de que usted está haciendo la pregunta, ¿’Oh, Dios, cuando  va a hacer esto? Hemos estado orando, muchos de nosotros durante años. Nada parece suceder. ¿Cuándo Dios envía avivamiento?’ Bueno, la respuesta está aquí en esta historia de Josué y se confirma por la historia de la Iglesia.

Me parece que hay dos factores principales aquí. La primera es esta. Dios siempre parece  hacer esto después de un período de gran prueba y un gran desaliento. El texto, que hemos visto, nos recuerda dos ocasiones: La travesía del Mar Rojo y el cruce del río Jordán. ¿Cuando hace esta cosa maravillosa? Oh, lo hace a continuación, después de haber estado en Egipto por un tiempo, en la esclavitud, en el cautiverio, en la crueldad de Egipto, con los capataces y las pestañas de los látigos, tratando de hacer ladrillos sin paja suficiente. Esclavitud, la aridez, la crueldad, la persecución y el juicio. Lo hace después de Egipto. Lo hace también después de un período en el desierto. Aquí están  los hijos de Israel ante el Jordán.  Sí, pero habían estado sólo cuarenta años en el desierto, sin un hogar, en el aullido, desierto árido con sus tormentas y sus juicios, sus pruebas  y sus argumentos, todo lo que les había sucedido allí. Lea la historia. Y  que  historia triste que es. Sí, habían tenido una experiencia en el desierto.

Y encima de que habían tenido otra desgracia, que, para muchos de ellos debió de parecer como el fin de todas las cosas: Moisés, su gran líder, había muerto. Había subido a una montaña y  nunca había vuelto otra vez. El hombre que había venido a ellos originalmente con un mensaje de Dios, y los había tratado en su absoluta servidumbre cuando estaban siendo abatidos. El hombre que los había llevado a través de muchas cosas. Se había ido. Y un hombre llamado Josué se quedó para guiarlos. Abatido. ¿Quién era y qué era? La posición, se puede ver,  parece ser absolutamente desalentadora. Cuarenta años en el desierto, y sin un líder.

Gracias a Dios por esto.  Es después de estas experiencias que Dios envía avivamiento. Después de Egipto, después de la experiencia en el desierto. Dios sabe que la Iglesia cristiana ha estado en este desierto por  muchos largos años. Si usted lee la historia de la Iglesia antes de alrededor de 1830 o 1840, se encuentra que en muchos países  solían haber periódicamente avivamientos   casi cada diez años más o menos. No ha sido así por mucho tiempo.  Solamente ha habido un avivamiento importante desde 1859. Oh, hemos pasado por un período estéril, con la devastadora crítica superior textual, y el mal que ha hecho, en los púlpitos, en los bancos, en todas partes. La gente ha perdido la fe en el Dios viviente y en la expiación y la reconciliación y se han  tornado a  la sabiduría, la filosofía y el aprendizaje. Hemos pasado a través de una de las épocas más áridas en la larga historia de la Iglesia. Hemos sido como el hijo pródigo en ese país lejano, gastando nuestro tiempo en los campos con los cerdos y viviendo nada más que con cáscaras.  Sí, hemos sido esclavos, hemos estado amedrentados, hemos sufrido la persecución y escarnio y todavía está pasando. Todavía estamos en el desierto. No creas todo lo que sugiera que estamos  fuera de él, no lo estamos. La Iglesia está en el desierto. Pero gracias a Dios que es siempre después de un período de tal manera que Dios actúa y hace sus proezas y muestra su gloria.

El segundo factor en esta historia también es muy importante. No es sólo después de  Egipto, o después del desierto que Dios actúa. El verdadero momento, el momento de crisis, es cuando se está justo contra el Mar Rojo, cuando se está al borde del Jordán.  Es entonces que él lo hace. Usted ve, podemos estar cuarenta años en el desierto, pero el mero hecho de estar en el desierto, no lo produce. No, no es solo en el desierto, sino cuando hemos llegado realmente a esta situación crítica. Si se me permite usar la terminología moderna, Dios siempre parece que hacer esto, cuando estamos entre la espada y la pared, en un momento crítico que estamos desesperados y desamparados. ¿Te acuerdas de la imagen en el Mar Rojo? Los hijos de Israel se les había mandado a seguir adelante. ¿Dónde podían ir? Bueno, ellos fueron llevados a un punto en el que, por un lado estaba Pi-hahirot y en el otro lado de Baalsephon, dos montañas, una a cada lado de ellos. Detrás de ellos estaban el Faraón y sus huestes y los carros de guerra, el ejército de Egipto. Y allí estaban los hijos indefensos de Israel sin nada para defenderlos, montañas aquí, montañas allí, el enemigo detrás y frente el Mar Rojo. Era una situación de desesperanza y completa y entera desilusión, con la gente quejándose y lamentándose, preguntándole a Moisés lo que significaba todo aquello, y Moisés no tenía nada que hacer más que clamar ante Dios. Y entonces llegó la respuesta y el Mar Rojo se dividió.

Era exactamente lo mismo aquí, en Jordán. Incluso se nos da este detalle interesante que el río  Jordán era gravemente inundado por largos meses en esa época del año. No podían cruzarlo. Allí estaban, frente a una inundación. ¿Cómo iban a pasar? Fue entonces que Dios se levantó y mostró la mano derecha de su poder y dio una demostración de su gloria. Acabo de poner esto a usted en la forma de un desafío. Lea las historias y relatos de cada avivamiento que ha tenido lugar y encontrará siempre presente, de que el hombre o el grupo, el pequeño grupo de personas, que se han utilizado en esta manera para que Dios envíe avivamiento, siempre han conocido  un estado de absoluta desesperación y  desesperanza final. Todos y cada uno de ellos. Lea los diarios de Whitefield y Wesley. Lea la historia, la vida de todos estos hombres. Siempre han venido a este lugar donde se han dado cuenta de su absoluta y total potencia. Su parálisis final. Ahí está el mar Rojo. Aquí está el enemigo. Existen las montañas. Están encerrados,  se atrancan, son presionados hasta las rodillas. Siempre es un requisito. Siempre es el momento en que Dios actúa.

Y eso es lo que, lo confieso, me preocupa y me desanima hoy. La iglesia cristiana está tan sana, tan segura de sí misma, que era sólo necesita organizar un esfuerzo más, una actividad más.  Ella no ha llegado hasta el Mar Rojo. Ella nunca ha estado en Pi-hahirot y Baalzephón . Ella no sabe reconocer que está en el desierto, no conoce la experiencia y hasta que lo haga no puedo ver que tenemos muchas razones para prever un avivamiento de la religión cristiana y de la efusión del Espíritu de Dios. Puede ser, que las cosas infinitamente peores  que lo que ya hemos conocido todavía tendrán que pasar con nosotros. Se podría pensar que las dos guerras mundiales lo hubieran hecho, pero no ha sido así.  Se podría pensar que la situación actual habría sido suficiente, pero no lo es. Dios tenga misericordia de nosotros. Hasta que  lleguemos allí a  Pihahirot, Baalzephón, Migdal, con el enemigo, el Mar Rojo, la desesperanza absoluta, Jordán inundado, la imposibilidad absoluta, y la desesperación final creo que acontecerá esto.  Que Dios nos lleve a  esa realización. Que él revele su propia gloria y santidad a nosotros. Que  revele a nosotros nuestra absoluta impotencia y desesperanza. Que podamos ver estas cosas de tal manera que prescindamos de mirar a los hombres para la solución y comenzar a mirar al Dios viviente. Y entonces no hay duda de que él nos escuchará y manifestará su gloria y su poder.

Imagen bajo Creative Commons de Tecnomovida Caracas

 

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