Traducido por: Erika Escobar
(Además de ser pastor, Francis habla a miles de jóvenes en los Estados Unidos, desafiándolos a un compromiso más profundo. El es escuchado en su programa radial “La verdad a ser conocida”. Francis tiene un gran sentido del humor, un amor genuino por Cristo y un compromiso para enseñar directamente de la Palabra de Dios. Francis y su esposa Lisa han estado casados por doce años y tienen tres hijas y un hijo: Rachel, Mercy, Eliana y Exequiel. El es graduado de maestría de la universidad y del Seminario).
(Este artículo es parte de nuestro reciente GroupZine: Más allá de la tendencia. En él, usted encontrará otros artículos que lo desafíen y lo muevan a la meditación, como el que ahora abordamos)
Cuando recién comencé en la Iglesia Cornerstone, me pregunté a mí mismo: Qué cosas necesito para iniciar una iglesia? La respuesta era obvia: encontrar un edificio, un líder que dirigiera la alabanza, un sistema de sonido, un área para el cuidado de niños, y armar un buen sermón. Había otras cosas que yo deseaba, pero éstas eran las esenciales. Usted no puede tener una iglesia sin ellas. Todo evangélico sabe que necesita un edificio, un sermón, alabanza y un programa para niños. Otros elementos son negociables, pero estos son los absolutos.
He aquí la pregunta del millón: Es eso lo que concluiría si buscara en las Escrituras?
Por supuesto que no.
Simplemente seguí lo que otras Iglesias en América han hecho. Ni siquiera pensé dos veces acerca de esto. Pero si miro hacia atrás, me sorprendo por no haber consultado las Escrituras como mi primer recurso. Si lo hubiera hecho, la “Iglesia” probablemente se habría visto de distinto modo.
Si hubiera consultado la Biblia primero, probablemente habría creado un grupo… que enfatizara el amor de los unos por los otros. En su lugar, pasé años haciendo un Servicio que dejó poco espacio para el amor. Rápidamente se convirtió en el Servicio más concurrido del pueblo. Fue un “éxito”. El problema es que definimos el éxito con la concurrencia de muchas personas, disfrutando el Servicio y recibiendo algún tipo de beneficio. Nuestros motivos parecían puros y sucedían cosas buenas, por lo que no nos cuestionamos mucho. REDEFINIENDO EL EXITO
Cómo definiríamos el éxito si la Biblia fuera el único parámetro por el cual juzgáramos nuestra Iglesia? Si usted no tuviera conocimiento teológico o experiencia – Si usted no hizo nada más que leer la Biblia completa 50 veces- qué consideraría como esencial para reunir a los creyentes. Cómo mediría el éxito de una Iglesia?
Esta forma de partir considerando sólo las Escrituras es lo que nosotros llamamos Exégesis. Una de las primeras lecciones que aprendí en el Seminario fue la diferencia entre exégesis y eisegésis. Exégesis es partir con un pasaje de la Escritura y extraer el significado directamente del texto (una explicación o interpretación crítica). Exégesis busca a objetividad. Usted intenta estudiar sin nociones preconcebidas lo que cada pasaje enseña. Se somete a sí mismo a lo que el texto dice.
Eisegesis es lo opuesto a esto. Fuimos advertidos de esto y correctamente. Eisegesis es cuando usted intenta poner un significado subjetivo al texto. En otras palabras, usted comienza con una idea, luego mira los versículos para sustentar esa idea. Este un acercamiento peligroso porque sus deseos personales pueden determinar su interpretación. En su corazón, usted desea el divorcio, la inmoralidad, riqueza, etc. por lo que busca en la Biblia los versículos que sustenten su punta de vista. Al usar la Eisegesis, usted está sometiendo las Escrituras a sus deseos. Con Exégisis, usted somete sus deseos a la Escritura
En tanto que fuimos enseñados a estudiar y predicar exegéticamente, no recuerdo que se me haya enseñado a vivir de ese modo. Muchos enseñan exegéticamente pero viven eisegéticamente. Llamamos a esto hipocresía. Cuando se hace vida, buscamos realmente en las Escrituras primero? Es la Biblia realmente la base para vivir nuestra vida? O perseguimos un cierto estilo de vida y luego usamos la Biblia para justificar nuestras acciones?
En relación a la Iglesia, yo puedo justificar muchos estilos de asambleas. El punto, sin embargo, es no defender nuestros modelos actuales. Más que identificar los elementos bíblicos en la forma en que hacemos las cosas, nosotros deberíamos construir nuestro modelo sólo en base a la Escrituras.
Sin embargo, tenemos problemas al construir nuestras iglesias exegéticamente, debido a que estamos rodeados de muchas influencias, y cada una de ellas nos pide pensar subjetivamente. Mi pensamiento está constantemente influenciado por mi cultura asiática, mi cultura americana, mi cultura de California del Sur, la cultura evangélica de mi iglesia y un sinnúmero de otros factores. Además, tengo a mi propia carne que me ruega que crea que lo deseo es verdad. Hay mucho en este mundo que nos mantendría lejos de escuchar simplemente la voz de Dios.
Cuando comencé a darme cuenta de esto, oré a Dios para que me permitiera ignorar el aguijoneo de mi cultura, de mi estilo de vida, y de mi carne en la medida en que busqué en las Escrituras un modelo de iglesia exegético. Abajo hay una lista de mis conclusiones.
Entienda que no estoy diciendo que necesitamos “hacer” ciertas cosas para ser miembros de la iglesia. Nos hacemos miembros de Su iglesia en el momento en que Su Espíritu Santo entra en nosotros. El es la prueba de nuestra salvación. Cuando el Espíritu Santo entra en nosotros, nos da el deseo por las cosas que El desea. El nos da la pasión para construir su Reino a través de la obediencia a sus Mandamientos. Hay muchas cosas que podrían listarse, pero las limitaré a estas características porque ellas parecen ser las más enfatizadas. Menciono estas no porque haya encontrado un versículo acerca de cada una de ellas, sino porque estas son las cosas que veo una y otra vez en las Escrituras. Estas prácticas estaban presentes obviamente en la vida de la primera iglesia y ellas parecían haber tenido prioridad. Si siguiéramos un modelo de iglesia exegético, entonces nosotros:
- Nos amaríamos los unos a otros (el “unos a los otros” que motiva todo en las Escrituras) Esto tiene más relación con nuestras acciones que con nuestros sentimientos. Nos cuidaríamos los unos a los otros de tal manera que nos movería a orar intensamente y a dar para satisfacer las necesidades de las personas que nos rodean. Nacería una membrecía intensa basada en el amor debido a nuestra común y enraizada devoción por Jesús y Sus enseñanzas. Este amor y compromiso de los unos hacia los otros se expandiría continuamente hacia círculos cada vez mayores.
- Proclamaríamos Su mensaje. Nuestra vida estaría dedicada a proclamar al mundo las noticias sorprendentes del evangelio. Anunciaríamos la salvación que ha venido a través de la fe en Cristo. Enseñaríamos a las personas a “obedecer todo lo que Cristo ordenó” no sólo consintiendo intelectualmente a unas pocas doctrinas medulares sino muriendo a nosotros mismos hasta llegar a estar inmersos en Jesús, Su enseñanza y Su misión. Nos reuniríamos con otros creyentes para recordarles de este evangelio para alentarlos a permanecer enfocados en la misión. Al proclamar el mensaje de Cristo, nos adheriríamos a Jesús en Su misión para rescatar física y espiritualmente a los empobrecidos, conduciéndolos a un Dios pródigo.
- Practicaríamos la Comunión y el Bautismo. Esto fue importante para Jesús y para los primeros creyentes. Necesitamos dedicarnos nosotros mismos a congregarnos con seguidores de igual mentalidad para recordarlo a El. Nos aseguraríamos que Su muerte y resurrección estuvieran siempre en el centro de nuestras reuniones, siendo siempre nuestra motivación y prioridad. En la medida en que bautizamos nuevos creyentes, nosotros deberíamos recordarles que ellos están comprometiéndose a sí mismos a nueva vida que comienza con la muerte del hombre anterior.
- Oraríamos. Nos reuniríamos con otros creyentes para orar. Iríamos a Su presencia, pidiéndole ampliar Su reino. Pediríamos a El que nos condujera de acuerdo a Su voluntad. Oraríamos fervientemente los unos por los otros.
MATANDO NUESTRAS VACAS SAGRADAS
Luego de buscar en las Escrituras, estoy convencido de que si reúno a un grupo de seguidores de Cristo para practicar estas cosas entonces podría correctamente denominarlos Iglesia. Hay otras cosas que la iglesia puede hacer, pero están son las que se debe hacer. Aquí hay otra forma de verlo. Si no estoy viviendo estas cosas con otros creyentes, tengo el derecho de decir que soy parte de la iglesia de Dios? Bíblicamente tendría que decir que no.
Estas prácticas tienen lugar en nuestros Servicios? Si no lo tienen, no deberíamos entonces hacerlas una prioridad para crear reuniones que se centren en estos elementos? No deberían tener prioridad por sobre nuestros servicios regulares? Creo que lo que hacemos en nuestros cultos es bueno, pero no es todo lo necesario, no es todo lo que se nos ordena. No deberíamos entonces emplear primeramente nuestra energía en lo que se nos ordena? Qué es lo que debemos mantener como sagrado: nuestros cultos o los mandatos?
Aún cuando cosas buenas pueden tener lugar durante el culto, algunas de ellas no pueden tener lugar cuando doscientas o dos mil personas se sientan en sus sillas, miran al frente y escuchan a la gente que está en el púlpito por una hora Usted no puede amar verdaderamente a su vecino en ese tipo de ambiente, tampoco puede practicar “los unos a los otros” de esa forma.
Como dije antes, es tiempo de dejar de defender los modelos con los cuales nos sentimos cómodos y comenzar a buscar con afán una iglesia que nos permita hacer y ser todo lo que Dios desea que Su iglesia haga y sea. Es nuestro tiempo para hacer un cambio.
CÓMO CAMBIAMOS? Algunos objetarán, diciendo que esta información es buena para quien está iniciando una iglesia, pero qué hay de aquellos de nosotros que ya somos parte de una iglesia establecida? Como alguien que está exactamente en dicha posición, no estoy seguro de la respuesta, pero dedicaré los años siguientes de mi vida a descubrirlo. A los principiantes, les explicaré consistentemente que la iglesia no es algo a lo que asisten, y que ellos no pueden llamarse a sí mismos iglesia simplemente porque ellos asisten a un servicio semanalmente
NUESTRO DISCURSO Uno de los mayores cambios que necesitamos hacer en el mundo evangélico es sobre nuestro discurso. Tenemos personas pidiendo ser seguidores de Cristo aún cuando ellos verdaderamente no lo siguen. En la misma forma, tenemos personas diciendo ser la iglesia y no practican “los unos a otros” de las Escrituras. Si las personas van a comenzar a entender lo que Dios diseñó como iglesia, entonces necesitamos comenzar hablando correctamente acerca de esto. No es sólo semántica. Lo que decimos afecta la forma en que pensamos y cómo actuamos. Si la “iglesia” no es un edificio, entonces por qué la llamamos de ese modo? Si realmente creemos que iglesia se refiere a las personas que Dios ha redimido, entonces por qué usamos la palabra para nombrar otras cosas?
DAR PRIORIDAD A LOS ENCUENTROS BIBLICOS
Tenemos que comenzar reuniendo creyentes que estén focalizados en la misión. Esto debe hacer eco en aquellos que estén llenos del Espíritu Santo (Heb. 10:24-25). Debe existir el deseo de reunirse para practicar el “unos a los otros” de las Escrituras por el bien de la misión. Si lo continuamos en nuestros Servicios de Domingo o no es casi irrelevante. Lo que es relevante es que nos juntamos en la forma bíblica y con propósito bíblico.
En la práctica, estoy jugando con la idea de comenzar una red de hogares en que se reúnan las personas para practicar los mandates de la Escritura. Ellos podrían ver sermones a través del DVD o que un líder les entregue la lección. Ellos podrían incluso cantar juntos. Pero las reuniones no pararían allí. Ellos discutirían cómo vivir el sermón en su vecindad. Ellos también orarían los unos por los otros. Tomarían la comunión y se recordarían mutuamente la misión. Ellos satisfacerían las necesidades de los miembros de su grupo y los vecinos inconversos. En lugar de venir a la iglesia, ellos serían la iglesia –no un edificio sagrado, pero en su vecindad. Ocasionalmente, nos podríamos reunir en un auditorio o estadio para celebrar y adorar colectivamente.
LOS PRO
Hay muchos beneficios para este tipo de iglesia:
- Podemos ser obedientes al mandato “los unos a los otros” a través de la interacción que se produce en estas reuniones. Mientras antes la gente era espectadora, ahora se convierten en participantes activos –no en el servicio, pero sí en el gozo y las necesidades de las personas que los rodean.
- No hay límite para el crecimiento. El sistema antiguo limita el evangelismo basado en el tamaño del templo. A toda iglesia que crece se le agota el espacio con el modelo de “construir una iglesia más grande” Sin embargo cuando cada hogar es un punto potencial de reunión, el crecimiento puede continuar hasta que verdaderamente realicemos nuestra misión.
- Los líderes talentosos y aburridos ahora tienen una misión, un lugar que los desafíe para practicar sus dones en enseñar y liderar. En un culto, sólo unos pocos líderes carismáticos pueden utilizar sus dones. Pero si la iglesia es más que un culto, entonces cada persona puede usar los talentos que Dios le ha dado para edificar el cuerpo de Cristo.
- Existe una mayor confianza en la medida en que la gente aprende e interactúa en una célula pequeña guiada por un líder reconocido de su comunidad. Las personas no son más entes anónimos, ahora son miembros vitales de una comunidad.
- Una gran cantidad de dinero está disponible para satisfacer las necesidades reales en bien del evangelio. No puedo calcular siquiera cuánto dinero hemos gastado en edificios y sillas cómodas, aire acondicionado y todo lo que involucra un culto entretenido. Cuando nos enfocamos en las actividades bíblicas esenciales del ministerio, el dinero de Dios es directa y eficientemente utilizado para satisfacer las necesidades reales de la vecindad.
- Evita que la gente idolatre sus hogares, sus muebles, sus alfombras, etc. Permitir que otros entren a sus hogares, les recuerda que sus hogares pertenecen verdaderamente a Dios. Esto también ayuda a vivir a Cristo en cada una de las áreas de nuestra vida en lugar de ver el templo como el lugar de ministerio y crecimiento.
LOS CONTRAS
Quiero ser honesto sobre algunos de los peligros que veo al crear una red de células en la vecindad.
- Podría fácilmente convertirse en involución. En la medida en que nos sentimos cómodos con nuestro pequeño grupo, podemos descuidar y, por lo tanto, estar fuera del alcance de las personas que nos rodean. Aunque esto es también un problema para el modelo actual de iglesia, el nuevo modelo parece encerrar un peligro mayor.
- Grupos individuales podrían desviarse de la verdad. Tener más líderes puede potencialmente ser un riesgo de que las cosas vayan en la dirección equivocada.
- Al profundizar el involucramiento, incrementamos potencialmente el desarrollado de relaciones personales inapropiadas. Nuevamente, este problema ha estado siempre presente, pero en la medida en que reforzamos una interacción profunda, el pecado tiene una mayor oportunidad de pervertir lo que pretende ser bueno.
- Esto puede verse como un desacato o un ataque a otras Iglesias establecidas. Históricamente han sido las personas, enojadas, que dicen “Estoy cansada de la iglesia” las que comienzan a reunirse en hogares. Hay personas que tienen la actitud de que son otros los que están equivocados.
Estos problemas necesitan ser atendidos. Creo que la mayoría de ellos pueden ser resueltos a través de entrenamientos a mitad de semana. Al juntarse los líderes regularmente, los ancianos pueden constantemente hacerlos enfrentarse con estas situaciones. Podríamos utilizar a los líderes talentosos de la iglesia para entrenar y potenciar a otros líderes, no sólo durante los entrenamientos a mitad de semana sino en discipulado durante la semana completa. Esto aseguraría mayor unidad en la doctrina y la práctica en de las Iglesias que conforman esta red.
HACIA DONDE SE ENFOCA ESTO?
Hacia dónde se enfoca todo esto? Cómo pienso que la iglesia americana debe ser? Realmente no puedo contestar a esas preguntas. Todo lo que puedo decir es que soy responsable ante Dios por la forma en que pastoreo la iglesia que El me ha confiado. Verdaderamente no quiero decir que este es “el” modelo para todos. Es sólo la dirección que siento que el Señor quiere que tome. Al compartirla, mi esperanza es que otros se motiven a no sólo escudriñar las Escrituras sino a implementar denodadamente sus hallazgos.
En la medida en que oré y medité sobre la forma que hice iglesia, creo que en muchas formas yo bloqueé la misión de la iglesia y creé una confusión de lo que la iglesia realmente es. En buena conciencia no puedo llamar al viejo modelo de iglesia. Jesús creó la iglesia cuando El nos redimió del pecado y a la muerte al morir en la cruz. El está agregando nuevos miembros a la iglesia en forma diaria a través del trabajo poderoso del Espíritu Santo. Como iglesia, nosotros somos llamados a la misión de Jesús. Esta misión es en la que nuestras vidas y reuniones deben centrarse. El modelo no importa a menos que éste nos arroje fuera de nuestra misión
Creo que Satanás nos ha distraído de lo que la iglesia realmente es, a través de programas, entretenimiento y sustitutos cómodos. Es tiempo que despertemos, cortemos la grasa, y seamos quienes somos: personas redimidas por Jesús, empoderados por el Espíritu Santo, en una misión para mostrar al mundo la Gloria de Dios, y esperar el día cuando todas las cosas estén sujetas a El (1a Cor. 15:24-28).